19/3/07

Tipos de hipotecas

Con los tipos de interés subiendo cada mes, y el Euribor, principal indice de referencia de las hipotecas siguiendo la misma escalada, no es ninguna tontería examinar detalladamente las diferentes opciones que se nos presentan a la hora de contratar una hipoteca. Es la única forma de encontrar, si no la hipoteca más barata, la que mejor se adapte a nuestra forma de vida y a nuestros gastos e ingresos.

Para ello debes tener en cuenta muy seriamente los diferentes tipos de hipotecas existentes actualmente.

De interés fijo

El tipo de interés permanece constante durante toda la vida del préstamo, es decir, suban o baje el precio del dinero el cliente siempre pagará lo mismo cada mes. Sin embargo, el tipo de interés suele ser más alto que en las hipotecas a tipo variable. Otra característica de esta clase de préstamos es que suelen tener un plazo más corto de amortización y la comisión por cancelación anticipada es mayor.

Según la OCU, "las características de estas hipotecas hacen que sean inacesibles para muchas personas, sobre todo para las que quieren financiar su primera vivienda, como los jóvenes". Y es que al tener un interés más alto y menos tiempo de amortización, las cuotas mensuales son más altas.

De interés variable

Esta clase de préstamos sí que permite beneficiarse de las rebajas de los tipos aunque, lógicamente, también recoge las subidas. Su principal ventaja es que no contemplan el riesgo de que el interés del préstamo se quede desfasado, ya que periódicamente -normalmente cada doce meses- se actualiza a los precios del mercado. Estas son sus principales características: el interés varía al ritmo del mercado, el plazo de amortización es mayor -puede llegar a veinte o treinta años- y la comisión por amortización anticipada no supera el uno por ciento.

La Asociación Hipotecaria Española (AHE) recuerda que en esta modalidad es "importante distinguir entre lo que es el tipo de interés del primer periodo -válido para los seis o doce meses iniciales-, que en ocasiones viene a ser como una promoción inicial, y el que regirá los años sucesivos".

De interés mixto

Son los que combinan un periodo en el que el interés permanece fijo -dos, tres o más años- y otro en el que éste es variable y se va ajustando al mercado. El plazo de amortización y las comisiones por cancelación anticipada suelen ser parecidos a los variables. Combinan las ventajas e inconvenientes de los préstamos fijos y los variables aunque, al acotar dos periodos diferentes, los riesgos quedan más diluidos.

"Es una alternativa que se recomienda y cada vez se utiliza más", señala González, que reconoce que en Santander sí que se ha notado que cada vez más clientes la utilizan, pero puntualiza que "en términos de mercado a penas robará protagonismo al tipo variable".

De cuota fija

Son préstamos a interés variable pero se asemejan a los préstamos a tipo fijo en la medida en que el cliente siempre paga la misma cuota al margen de la evolución de los tipos de interés. La diferencia es que si los tipos suben, en lugar de pagar más cuota, se alarga el plazo de amortización; y si bajan, se acorta. Su principal problema es la incertidumbre. El cliente no sabe a ciencia cierta cuándo terminará de pagar el préstamo, ya que depende de la evolución de los tipos. A cambio, de esta incógnita tiene la seguridad de que su cuota no variará ni una peseta en toda la vida del préstamo.

Desde Santander y la OCU coinciden en señalar las "sorpresas desagradables que suelen acarrear estas hipotecas".

Fuente: elEconomista.es

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