7/3/07

¿Falla el mercado o fracasan las políticas?

Esta es la pregunta que Antón Costas en el artículo de elpais.com, y que desde aquí, os recomendamos que leais. Pero como es muy largo, y puede que no tengas tiempo, os vamos a resumir aquí brevemente lo más destacable, para nuestro entender, de este artículo.

Para empezar, el artículo esgrima una paradoja del sistema actual: "España ha sido el país europeo que más viviendas nuevas ha puesto en el mercado durante los últimos cinco años, un número mayor que toda la vivienda construida en Francia, Alemania e Italia juntas. En todo caso, una cantidad superior a la demanda procedente de la formación de nuevos hogares, contando con la inmigración". En cambio, el acceso a una vivienda es cada vez más complicado para un gran sector de la población.

También es verdad que quien puede permitírselo adquiere una segunda vivienda en la playa, en el pueblo, en la montaña (para gustos los colores). Estas personas claramente están dentro de un mercado inmobiliario pero por razones muy distintas a aquellos que buscan su primera vivienda, con sueldos normalmente bajos, y contratos basura. Seguramente los hijos de estas personas, entre otros, serán los que puedan tener problemas para acceder a una vivienda a no ser que los padres echen mano de alguna de esas segundas viviendas para financiar la compra de alguno de sus hijos.

Por otro lado, las facilidades financieras con sus bajos intereses y sus cada vez mayores plazos de la hipoteca, han hecho que la gente hasta ahora haya podido comprar una vivienda. Mientras tanto, los gobiernos, tanto estatales como autonómicos, no han hecho sus deberes y se han olvidado de hacer planes para un futuro que se ha hecho ya presente. Para muchos ayuntamientos, la política en materia de vivienda se resumía en desarrollar sus planes urbanísticos, que no eran más que obtener unos ingresos con la venta de suelo público donde debería haberse construido vivienda de protección oficial. Además, las políticas de vivienda estatal no han tenido presentes la mejora de la calidad de vida de la gente más humilde y sus rentas bajas, sino que se han orientado a "favorecer el acceso a la propiedad de las clases acomodadas". Y como todo en este país, ahora que el problema ha pasado a primera plana, simplemente es un instrumento más para que tanto gobierno como oposición malgasten su caro tiempo en echarse las culpas mutuamente, y sin aportar realmente ninguna solución. Además, el apoyo del estado a la vivienda no favorece a las rentas más bajas, ya que las deducciones en el IRPF "no tienen efecto directo sobre las familias con ingresos bajos por un motivo muy sencillo: no tienen rentas suficientes que les permitan deducir nada en el IRPF. Tanto es así que muchos hogares no llegan ni al límite de rentas que obliga a declarar".

Como conclusión del artículo, Antón dice que "el resultado conjunto del urbanismo fiscal practicado por los ayuntamientos, de los incentivos fiscales del IRPF y de la orientación que hasta ahora ha seguido la VPO es lo que estamos viendo: si sólo cuentan con sus ingresos actuales, los hogares de rentas bajas y las familias pobres no tienen capacidad de acceder a una vivienda digna y asequible, ya sea de compra o de alquiler".

Así pues parece que algunos deberían revisar sus deberes y no quejarse tanto por no tener pagas extras (a pesar de cobrar verdaderas millonadas)...

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