12/12/07

¿Mitos o realidades? (y II)

Continuamos con los mitos o realidades sobre la vivienda que empezamos ayer.

7. Que te toque una vivienda de protección oficial es una lotería.«Afirmativo. Es una lotería porque una VPO es un producto que se entrega muy por debajo del precio de mercado y con el paso de los años se puede vender muy por encima. Es un boleto de lotería con fecha de premio cuando el piso en cuestión es descalificado», dice Luis Franco.

«El sistema de las VPO es imperfecto. Rara vez llegan las casas a quien realmente las necesita», apunta Gregorio Izquierdo, quien también añade: «Las viviendas protegidas recaen en los afines a quienes las conceden; a los que están dispuestos a pagar un sobreprecio; y al azar de la lotería, que quizá es la única que es un poco justa».

8. Compro piso, lo alquilo y así me pagan la hipoteca.

«Es verdad que el alquiler suele pagar la hipoteca, pero todavía existe el peligro de que el inquilino no pague. El problema es porque la Ley de Arrendamientos Urbanos está a favor del arrendatario y no del arrendador. Como producto de rentabilidad, el alquiler no es muy rentable», dicen en el IPE.

«Financiar una hipoteca con un alquiler es una decisión comprometida. La rentabilidad del alquiler está en la revalorización de la vivienda a largo plazo. La rentabilidad a través de un inquilino es muy poca, del 2,5%», señalan en el IEE.

«Esta situación tenía lugar en 2003 y 2004, cuando el tipo de interés de referencia del BCE era del 2%. Ahora las cuentas ya no salen, con el Euribor a un año a un nivel de aproximadamente un 4,5%. Además, en algunas zonas, tales como la mayoría de los municipios que conforman el corredor de Henares, pronto será muy difícil encontrar un inquilino solvente», apunta Gonzalo Bernardos.

9. Hay una burbuja inmobiliaria.

«En el año 2002 se empezó a hablar de burbuja inmobiliaria y desde entonces los pisos han seguido aumentando su valor. Las burbujas se fundamentan en expectativas irracionales y no creo que ése sea el caso del mercado residencial. El crecimiento inmobiliario español está sustentado en sólidos fundamentos demográficos, financieros y económicos», asegura Julio Gil.

El ex presidente del Banco Hipotecario, sin embargo, descarta que este concepto, tan habitual últimamente en el mercado inmobiliario, se mueva en el terreno del mito. «Sí existe una burbuja que además se está desinflando», asegura. En opinión de Julio Rodríguez, también gerente de la Universidad de Alcalá, el ajuste debe producirse mediante la reducción paulatina de la oferta y no por la vía de los precios.

10. Comprar una casa en estos momentos es más difícil que hace 30 años.

«La accesibilidad de los hogares no ha empeorado; bien es cierto que en la actualidad la renta disponible de la mayoría de las familias está compuesta por más de un salario y las condiciones financieras hacen más accesible la compra de vivienda».

Julio Rodríguez aporta también su visión del tema: «El esfuerzo ahora es superior al del año 1977, pero no es más alto, por ejemplo, que el de 1990-1991. En esa época comprar una casa de 90 metros cuadrados suponía destinar cinco salarios anuales, pero los tipos de interés estaban en el 15%-16%. Ahora el esfuerzo para adquirir un piso de esas características equivale a nueve salarios anuales, pero las condiciones financieras son mucho más favorables».

11. Si mi vecino vende su piso por 'x', yo no voy a ser menos.

«El precio de la vivienda como el de cualquier otro bien puede subir o bajar», responde el titular de Economía Aplicada de la UNED.

El profesor del Máster en Dirección de Empresas Inmobiliarias de la Escuela de Negocios CEU agrega por su parte: «El valor de las casas es muy estable, porque son una necesidad básica. Pero eso no quiere decir que siempre puedas vender por lo mismo que tu vecino. Hace dos años, sí, era casi un dogma de fe, pero ahora la demanda está contenida y todo depende de la prisa del vendedor. El inmobiliario es un mercado que parece muy objetivo, pero que tiene muchos componentes psicológicos».

12. El elevado precio del suelo encarece la vivienda.

Para José Antonio Blasco, la explicación del incremento del precio de la vivienda durante los últimos años no tiene que ver tanto con el coste del suelo como con «las facilidades que ha habido para pagar las casas, con bajos tipos de interés».

«El proceso es justo al revés, es la demanda la que marca el tope del precio que en un momento determinado los compradores están dispuestos a ofrecer por una vivienda y éste, a su vez, determina lo máximo que los constructores van a estar dispuestos a pagar por el suelo, teniendo en cuenta que al asumir un riesgo exigen una rentabilidad determinada», apunta en la misma línea Pedro Juez.

Fuente: http://www.elmundo.es

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